José de Echegaray (1763-1842)

Este ingeniero de Marina nació en El Ferrol en 1763, de familia noble, hijo legítimo de don Bernardo de Echegaray, natural de Leiza en el Reino de Navarra y de doña María Antonieta Fernández, natural de Nuestra Señora del Sequeiro, Obispado de Mondañedo.

Ingresó de aprendiz de carpintero en el Arsenal de La Carraca y luego navegó como tercer carpintero a bordo del navío "San José".

Su participación eficiente en las tareas de diseños de planos para la construcción de diques en aquel arsenal le valió la designación de "capataz de la Sala de Gálibos" en 1788.

Figura entre los egresados de la Escuela de Ingenieros de Marina de 1807. Hallándose en Madrid colaborando con ingenieros de Marina en el dibujo de planos de buques, fue sorprendido por la entrada de las tropas francesas logrando fugar, accediendo posteriormente al cargo docente de "Maestro del ramo de Construcción" en la Escuela de Guardias Marinas del Departamento de Cádiz.

Por Real Orden de 5 de junio de 1811, contando con 48 años de edad, fue comisionado al Apostadero de Montevideo, viajando en el bergantín - correo "El Tigre" que naufragó en Punta Carretas, salvando su vida.

Referiremos tres intervenciones profesionales de Echegaray en Montevideo en diferentes campos de actividad. La primera tuvo lugar en febrero de 1812 con motivo de un contencioso suscitado entre las autoridades y un vecino llamado José de Garmendia, propietario de la balandra "San José y Animas".

El Gobernador de Montevideo, Francisco Xavier de Elío "tomó a flete", o sea contrató dicha embarcación y la modificó en su estructura para adecuarla a fines militares: la transformó en "bombardera".

Se firmó un documento estipulando que debía ser devuelta a su dueño en su condición original. Esta obligación no se cumplió y se restituyó la embarcación con las modificaciones realizadas.

Garmendia reclamó, el Comandante del Apostadero Miguel de la Sierra reconoció la justicia del reclamo y encomendó a José de Echegaray la presupuestación y realización de las obras tendientes a devolver a la balandra su condición original.

La segunda intervención, en abril de 1812, se refiere al reconocimiento de las condiciones de navegabilidad de un buque destinado al corso, pericia encargada por las autoridades. El informe de Echegaray reza: "el buque a que se contrae esta instancia se halla un buen estado para salir a corso".

Por último, cabe mencionar su actuación en febrero de 1814, cuando al tenerse noticia en Montevideo, sitiada por tierra, de la inminencia de un ataque naval definitivo por la flota juntista, se decidió la compra y armado en guerra de un barco mercante, para aumentar su potencial naval militar.

Echegaray revisó los buques surtos en el puerto, seleccionó el más indicado - que resultó ser la fragata mercante estadounidense "Neptuno" -, formuló el presupuesto de los materiales y jornales, tasó la embarcación con su contenido y dirigió los trabajos, no sin recomendar que se pagara a la maestranza "algunos meses de los treinta y tres que se le adeudan porque sin esta circunstancia nos vamos a eternizar con la habilitación del buque".

Cuando capituló Montevideo el 20 de junio de 1814, Echegaray fue declarado prisionero de guerra, trasladado a Buenos Aires y confinado sucesivamente en diversos establecimientos de detención, en el interior; fugó en 1820 - después de seis años de prisión - a Montevideo, entonces bajo dominio portugués, regresando a la Península.

En España sufrió una indagatoria para probar que había permanecido ideológicamente fiel al Rey, continuando luego con tareas que incluyeron una visita de montes en la Sierra de Segura, asesorías a la Junta del Almirantazgo y colaboración en la reorganización del Cuerpo de Ingenieros de Marina, que pasaba a llamarse Cuerpo de Constructores, en 1827. Al año siguiente fue nombrado Primer Constructor y Director General interino de este cuerpo en Cádiz.

Publicó un "Diccionario de Arquitectura Naval" y otros escritos técnicos: fue distinguido con el grado de Capitán de Navío y era Caballero de la Real y Militar Orden y Placa de la Orden de San Hermenegildo; falleció en San Fernando (Cádiz) el 27 de noviembre de 1842. Su foja de servicio indicaba que "nunca había hecho uso de licencias".

Con la capitulación de la plaza finalizaron las actividades de un núcleo de marinos e ingenieros navales que integraron con honor el "corpus" técnico de la Marina española en el Apostadero de Montevideo.