Era de estirpe gallega y monje basilio; abandonó el monasterio de su orden en Valladolid y en 1803 llegó a Francia. En marzo de 1805 consiguió secularizarse; se quedó algunos años en Bayona, dedicándose a tareas de traducción y dando clase de castellano. Se vio obligado a abandonar España con otros partidarios de José I Bonaparte, entre ellos Leandro Fernández de Moratín, gran amigo suyo, cuando el “rey intruso” tuvo que abandonar España precipitadamente tras las primeras derrotas francesas en el verano de 1808 y ya nunca volvió.
En París dirigió la redacción del diario bonapartista La Abeja Española mientras existió (hasta agosto de 1808); luego sirvió al Ministerio de Policía francés como traductor de documentos en español (cartas de prisioneros españoles, etc.). Entre 1814 y 1816 hay informes policiales que le involucran en las redes de conspiradores liberales españoles contra el régimen absolutista de Fernando VII. En París dirige en 1815 una "Institución de interpretación general y traducción de todas las lenguas vivas y muertas" al frente de la cual continúa todavía en 1825 (el "Établissement d’Intérpretation générale des Langues"); también era, al parecer, secretario del Gabinete Topográfico del rey; pero se había dedicado sobre todo al trabajo lexicográfico sin abandonar sus contactos con afrancesados y liberales españoles exiliados: en 1812 dio a la imprenta en París su Dictionnaire français-espagnol et espagnol-français, que tuvo un enorme éxito y fue mejorado en cada reedición a lo largo del siglo XIX en Francia y España. Sigue principalmente a Capmany y la obra fue tan generalmente apreciada al apreciarse en ella haber sido compuesta por un autor de lengua española contrariamente a lo acostumbrado, pues los autores de diccionarios hispanofranceses, si exceptuamos a Antonio Capmany, eran sobre todo galohablantes que no siempre conocían la lengua castellana, tal como había denunciado el propio Capmany en su Diccionario de 1805 al criticar entre otros los de Claude-Marie Gattel (Lyon: Bruyset aîné, 1803) y Jacques-Louis-Barthélemy Cormon (1800). También compuso una breve gramática española para uso de franceses y tradujo e imprimió la Constitución de Cádiz en francés (Paris, 1814).