Prólogo (2)

Esta necesidad la han conocido desde tiempos muy antiguos diversos escritores, y posteriormente muchos oficiales de la Real Armada, que, instruidos en la teórica y práctica de su profesión, se dedicaron privadamente á suplir la falta que aun tenemos en un Diccionario de Marina, mientras que tanto se han multiplicado en Inglaterra, Francia, Holanda, y en otras naciones marítimas; pero por una fatalidad incomprensible ninguno ha logrado ver la luz pública, ni contribuir por consiguiente á la utilidad comun, como hubiera sucedido si en lugar de formar una obra nueva cada escritor, se ocupára en aumentar y corregir con esmero la de sus predecesores. Sin embargo, es preciso confesar que no se ha perdido enteramente el fruto de estos trabajos, que casi todos se han aprovechado para coordinar este Dicccionario, cuyo complemento y publicación tampoco hubiera llegado á efecto sin la constante proteccion y loable zelo con que le ha promovido el excelentísimo señor Conde de Salazar, Secretario de Estado y del Despacho de Marina. Justo es por consiguiente, al hacer honorífica mencion de tales escritos, ilustrar esta parte literaria de nuestra bibliografia náutica.

Los mas antiguos Diccionarios marítimos de que tenemos noticia eran tan diminutos, que por lo regular no pasaban de ser un apéndice ó ilustración á las obras en que se colocaban. Asi sucede con el Vocabulario de los nombres que usa la gente de mar en todo lo que pertenece á su arte, que el doctor Diego García de Palacio, Oidor de la Real Audiencia de Méjico, imprimió en aquella capital el año 1587, al fin de su Instrucción náutica para el buen uso y regimiento de las naos, cuyo número de artículos no pasa de quinientos. Otro escrito semejante, intitulado Vocabulario navaresco, existe inédito en la Biblioteca Real de Madrid, sin expresión de autor ni de año, pero que por su lenguage y letra parece de fines del siglo XVI. Precédele una explicación de los métodos de medir las naves, arbolarlas, aparejarlas, cortar sus velas &c. Tambien existe manuscrito en la misma Real Biblioteca otro Vocabulario de los nombres que usa la gente de mar en todo lo que pertenece á su arte, escrito por el Capitan Sebastian Fernandez de Gamboa, que aunque sin expresión de año, parece escrito á mediados del siglo SVII. Poco se diferencia del que escribió el doctor García de Palacio; y juzgamos, según la confrontacion y cotejo que hemos hecho, que sirvió de original al que sin nombre de autor se publicó en Sevilla el año 1696, para uso de los niños que se educaban en el colegio de San Telmo, con el título de Vocabulario marítimo, y explicación de los mas principales vocablos de que usa la gente de mar en su ejercicio del arte de marear, cuya edicion se repitió con algunas mejoras y correcciones el año 1722. Tal vez sirvió para ellas otro breve Diccionario de términos de marina, que corria manuscrito entre los Oficiales aplicados de la Real Armada á fines del siglo XVII, y el mismo que encontramos al examinar los papeles del Almirante general del mar Océano don Pedro Fernandez de Navarrete. Es muy probable que alguno de estos pequeños Vocabularios fuese el que existia manuscrito en la librería del marques de Villena, y atribuye al Marques de Aitona el señor Barcia en sus adiciones á la Biblioteca náutica de Pinelo (4). De todos estos ensayos, que asi pueden llamarse, y de los índices y declaraciones de voces náuticas que colocaron Andres de Poza en su Hidrografia (5), Tomé Cano en su Arte para fabricar naos (6), y de un Tratado anónimo de navíos, y frases de navegar (7), formó una colección don Martin Fernandez de Navarrete, ahora Consejero de Guerra jubilado, y Director del depósito Hidrográfico, cuando en 1790 comenzó á reconocer por Real orden varios archivos y bibliotecas del reino, con el objeto de reunir los documentos de marina que ilustrasen, no solo esta parte de nuestra historia militar y científica, sino la gloriosa série de viages y descubrimientos que hicieron por mar los españoles en los pasados siglos. Para la inteligencia de estas importantes memorias fue preciso examinar é ilustrar muchas voces náuticas que han desaparecido del lenguage comun, quedando desusadas y envejecidas, y todas se han intercalado en los lugares respectivos de este Diccionario.
<<anterior- - - - - - - - - - - - - - - - - - - -siguiente>>