Con tantos auxilios y con incesante laboriosidad redactó O-Scanlan el primer ensayo ó borrador de este Diccionario, comprendiendo en él ademas de las voces técnicas de la Náutica, Maniobra, Artillería, Construcción y Táctica, las de las artes de la pesca, y las propias de la contratación y comercio marítimo, aun con mayor amplitud de lo que se le habia prevenido. Como era difícil marcar la extensión que el uso ha dado á muchas voces y frases facultativas, que alguna vez en su sentido recto, y mas comunmente en el metafórico, han entrado ya en el lenguage común (23); ó que son usuales promiscuamente en las profesiones análogas de mar y tierra; pareció á la superioridad que convendría un nuevo examen y revisión, asi para ceñirse á las voces peculiares de la Marina , como para añadir otras antiguas que, siendo las mas castizas y puras, son igualmente la raiz y fundamento de muchas actuales, y que usaron nuestros españoles cuando reducían á sistema el arte de navegar escribiendo los primeros tratados que del se conocieron, y adelantándole con la práctica al mismo tiempo en sus dilatadas navegaciones. Para tan delicado encargo se nombró al Capitán de fragata don Manuel del Castillo, Oficial de la Secretaría del Despacho de Marina, que también habia formado años ha un Diccionario náutico para su instrucción y uso particular; y después de una prolija lectura de algunos antiguos escritores, de un atento reconocimiento y estudio en el cotejo y comparación con varias obras modernas, y de repetidas conferencias y consultas con oficiales facultativos, ha logrado aclarar é ilustrar muchos artículos, excluir algunos tomados de los extrangeros sin necesidad ni competente autorización, indicar el origen y uso propio de no pocas voces, y acrecentar su número ó sus diversas acepciones (24).
No por esto se ha de creer que queda apurada la materia, y que este Diccionario sea completo y tenga toda la perfeccion necesaria á que se ha aspirado. Desgraciadamente no es ni puede ser asi, porque esta clase de obras, aun trabajadas en siglos enteros por Academias ilustradas y laboriosas, están recibiendo continuos aumentos y correcciones que las hacen mas y mas recomendables. El examen de los vocablos segun su origen, y la inteligencia primitiva que les dieron los antiguos; la dificultad en definir los objetos mas comunes con palabras claras y propias para la mas fácil comprensión de toda clase de lectores; la que ofrece el dar idea de ciertas máquinas, instrumentos, usos y costumbres de que apenas queda rastro ó noticia; las alteraciones que han sufrido las lenguas ampliando ó modificando el primer significado de sus voces (25); el abandono y olvido de algunas; la incesante introduccion ó reproduccion de otras, y su diversidad en varias provincias ó territorios de la península y de ultramar, son causas poderosas para que los primeros Diccionarios sean incompletos y aun imperfectos, y que necesiten por consecuencia del estudio y aplicación de las personas ilustradas que con sana intención y puro zelo se dediquen á darles los aumentos y correcciones con que hayan de enriquecerse y perfeccionarse. Y si esto acontece por punto general con toda clase de Diccionarios, ¿cuánto mas deberá estar sujeto á tales enmiendas y mejoras el que por primera vez se publica en España concerniente al lenguage propio de su gente de mar? Y si todos los idiomas sufren esta ley de instabilidad é, insubsistencia, originada por el trato, comunicación y comercio con otras naciones vecinas, ¿cuánto mas deberá influir en el lenguage de los Marinos que por medio de la navegación están frecuentemente en acceso, contacto y correspondencia, no solo con las naciones civilizadas de Europa, sino con sus colonias de ultramar, y aun con los pueblos salvages que existen en todas las islas y continentes de nuestro globo? Si estas consideraciones exigen la indulgencia de parte de nuestros lectores en general, deben también alentar á los Oficiales de la Real Armada ya maniobristas, ya pilotos y astrónomos; á los ingenieros y constructores; á los empleados en arsenales y en sus diversos obradores; á los encargados en las matrículas y tercios navales de fomentar y proteger la pesca y la navegación mercantil, á contribuir con sus luces y conocimientos á la perfección de una obra que contiene tantas y tan importantes materias, y que puede en muchos casos serles de grande utilidad para el mejor desempeño de sus respectivas obligaciones.
Pero es preciso tener presente, asi para la formación, como para las mejoras sucesivas de los Diccionarios, algunas consideraciones muy esenciales, 1ª. Que el objeto de estas obras no es el de inventar é introducir arbitrariamente palabras peregrinas ó nuevos vocablos, aun cuando sean necesarios, sino el de reunir con orden, y conservar con fidelidad y pureza